Las bolas chinas son conocidas por todo el mundo, lo que no todos saben es su función real y como se pueden utilizar para sacarles el máximo partido. Para empezar comentar que son dos bolas unidas entre si con un cordel en un extremo para poder sacarlas de la vagina fácilmente. Cada una contiene otra bolita metálica que se puede percibir con el movimiento.
Aunque mucha gente piensa que son juguetes sexuales, en realidad son una forma
de ejercitar la musculatura que rodea la vagina, que forma parte del
suelo pélvico y que tiene influencia sobre la salud femenina y su vida
sexual.
Podemos pensar en las bolas chinas como una pesa que, bien utilizada,
fortalecerá y tonificará la musculatura proporcionándonos grandes
beneficios.
Aunque, en principio, no tienen la capacidad directa de dar placer,
las bolas chinas pueden mejorar nuestra vida sexual notablemente. El
ejercicio del suelo pélvico, en general, mejora el tono de la vagina y,
con ello, su salud, incrementando la sensibilidad de la zona y
potenciando la sensación orgásmica.
Además, las bolas chinas en concreto, mejoran la lubricación vaginal notablemente y es un efecto que se nota desde
los primeros usos. Las bolitas metálicas de su interior, golpean las
paredes de la vagina con el movimiento, mejorando la circulación
sanguínea de la zona y estimulándola de tal manera que, al extraerlas,
ya podremos ver como han logrado un nivel de lubricación que no teníamos
antes.
La mayoría de las mujeres necesitarán un
poco de lubricante para poder introducirlas en la vagina fácilmente, no
es algo imprescindible si contamos con gran cantidad de flujo vaginal,
pero no suele ser el caso. Después de colocar el lubricante,
introduciremos las dos bolas en
la vagina dejando el cordel fuera. La postura para hacer esto depende
también de cada mujer, de pie con una pierna apoyada en una superficie
más alta, en cuclillas, sentada o tumbada, suele funcionar la misma
postura que utilizamos para introducir los tampones.
Cuando nos incorporemos, las bolas se
moverán debido a la gravedad y la lubricación y es posible que tengamos
la sensación de que se van a caer, en ese momento contraeremos la
musculatura (consciente o inconscientemente) para evitar que se caigan y
será cuando comience el “efecto pesa”. Mientras las llevemos puestas
debemos estar de pie o caminando, nunca sentadas o tumbadas.Las extraeremos tirando del cordel.
Hacer pesas todos los días no está mal pero no es imprescindible para
mantener un tono muscular adecuado, tres veces por semana es suficiente
y no pasa nada si dejamos de utilizarlas durante unos meses. Son unos
músculos finos que se fortalecen rápidamente y, con simples cuidados, se
mantienen en forma durante tiempo.
Cada vez que las utilicemos debemos estar
con ellas durante 20-30 minutos. Sobre todo al principio es muy
importante no llevarlas mucho más tiempo ya que podemos sobrecargar el
músculo y tener molestias (agujetas) e incluso lesiones como
contracturas.
Pedro Cortés
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