San Agustín. Nació en el Imperio
Romano, hijo de pagano y cristiana. De su vida se rescatan algunas relaciones
con jóvenes antes de su ordenación como sacerdote. El chico por el que San
Agustín sintió un mayor amor murió cuando más enamorado se encontraba el santo.
Tras esto San Agustín sintió que Dios había castigado a su amante por el amor
"impuro" que ambos mantenían.
A partir de
este momento, el santo marcó la pauta eclesiástica de que la única forma de
"relacionarse" debía ser para procrear. Así, San Agustín pasó de ser
el santo gay a convertirse en la fusta de las relaciones homosexuales a causa
de la culpabilidad que lo corroía.
Leonardo da Vinci. Uno de los momentos
históricos que más gays tiene registrados. Bajo la tutela de los
Medici, artistas como Botticelli, Cellini, Donatello, Miguel Ángel y Raphael, entre
otros, pudieron desarrollar sus cualidades artísticas y sus deseos homoeróticos. La familia florentina no sólo supo incentivar
a los artistas sino que pudo protegerlos de los posibles problemas que su
sexualidad les pudiera causar en pleno "gobierno" de los mandatos
católicos en toda Europa.
Shakespeare. Mucho se ha escrito sobre
el dramaturgo inglés. La falta de datos reales sobre su biografía da pie a
multitud de invenciones. Por supuesto, su sexualidad no podía quedar impune a
toda clase de hipótesis.
Hay
estudios documentados que justifican que Shakespeare era homosexual y otros,
también bien fundamentados, que sostienen la postura contraria. El caso es que
los supuestos "amores" de William por miembros de su compañía,
integrada legalmente sólo por hombres (y algunos de sus escritos) hacen pensar
que, efectivamente, el teatrero era homosexual.
Olga García