lunes, 29 de abril de 2013

SEXUALIDAD Y TELEVISION

Estamos saturados con programas de TV que contienen una carga erótica no pertinente. La pequeña pantalla imparte una imagen distorsionada de la realidad. Un saber temprano que no es el más adecuado. Así como la represión sexual crea frustración y conductas sexuales inapropiadas, la exageración de imágenes sexuales impulsada por los medios brinda una información sexual que deforma ¿Cuáles son algunas de las tendencias sexuales que la TV señala y exagera?

En el lapso de un año un menor que mira habitualmente las TV, puede llegar a observar más de diez mil relaciones sexuales simuladas o reales. Estos encuentros sexuales son en más del 90% extramatrimoniales, irresponsables, frecuentemente con personas desconocidas, sin ninguna protección y cuyos protagonistas tiene múltiples y variadas parejas.

A través de la publicidad, la TV muestra la frecuentemente una imagen distorsionada de la mujer. La reduce a un objeto sexual atractivo y descartable.

El discurso televisado presenta mensajes contradictorios con respecto a la homosexualidad. Por un lado promueve y exalta las conductas homosexuales no solo como alternativa de vida sexual, sino con frecuencia también como preferible. Pero por otro lado y en forma lamentable, también la TV transmite mensajes que discrimina, menoscaba y degrada a niveles muy bajos a la persona homosexual.

La TV vende la idea que existen mecanismos para aumentar el vigor y la atracción sexual. Tal es el caso de la publicidad de ciertos medicamentos, bebidas alcohólicas y tabaco, que siendo mentiras se dan por cierto en la mentalidad infantil. 

La TV dice muy poco sobre las consecuencias que produce la conducta sexual que promueve ¿Qué dice acerca de las enfermedades de trasnmisión sexual que produce la promiscuidad sexual? ¿Qué enseña de los embarazos precoces e inesperados que cada día más aparece en los adolescentes?, que por supuesto no es responsabilidad de los medios pero sí la conducta sexual que promueve. La situación se agrava cuando reconocemos que el niños no tiene aún una maduración sexual desarrollada y se expone a escenas y situaciones en forma prematura, sin tener una adecuada capacidad crítica y reflexiva antes los medios.  

Sea útil esta reflexión para marcar una vez más la urgencia que los padres tienen en responder a estas nuevas realidades con una participación más comprometida, madura y responsable frente a la pantalla chica y a lo que se observa en ella. 

                                                                                                                             Rocío Gay

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